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La educación musical en Colombia: desafíos y realidades

Hablamos con Andrés Samper, presidente del Foro Latinoamericano de Educación Musical, FLADEM, y docente de música de la Pontificia Universidad Javeriana, sobre la formación musical en Colombia, la enseñanza de la música y qué hay más allá de la teoría.

En esta primera entrega, Andrés nos habla de cómo funciona la educación musical en nuestro país, cómo estamos en comparación con América Latina y cuáles son los desafíos que tiene el sistema educativo actual.

La Educacion musical en Colombia

Andrés Samper y otros miembros del Foro Latinoamericano de Educación Musical. Tomada de FLADEM Colombia en Facebook.

Viajeros del Pentagrama: Andrés, si tuviéramos que dibujar un panorama de la educación musical en nuestro país, ¿cómo se vería?

Andrés Samper: Para responder esa pregunta es importante discriminar la respuesta. Es una categoría muy amplia, pero te voy a responder desde dos perspectivas: por un lado, lo institucional, que abarca la formación musical formal y no formal. Y, por otro lado, lo que algunos llaman el aspecto informal de la música, que incluiría el aprendizaje empírico y las tradiciones folclóricas, por ejemplo.

Desde lo institucional, mi percepción es que la situación sigue siendo dramática en cuanto a la incorporación de la música dentro de los currículos escolares, pues se piensa que la música es como un apéndice en la educación. Eso representa un desafío para el modelo educativo, pues se proponen las artes como parte de la formación y no como un componente satelital. No quiere decir que en algunos colegios públicos o privados no haya proyectos musicales interesantes, de hecho, hay proyectos a nivel escolar muy interesantes como el proyecto de 40x40. De eso se pueden destacar las iniciativas que se vienen dando no tanto desde la escuela, sino desde el ámbito informal, como lo que ha hecho Batuta y las redes de orquestas en varias ciudades intermedias del país. Así mismo como lo ha hecho el Ministerio de Cultura con el departamento de música y, ahora mismo, lo que hacen ustedes.

VdP: ¿Cómo funciona entonces esa relación con lo no formal?

AS: Como la educación musical no ha tenido cabida sensata en el ámbito escolar, entonces, se ha resuelto en el ámbito de lo no formal como en casas de la cultura, en academias o en los proyectos que acabo de mencionar. Lo que nos falta es cualificar más lo que ya está en la escuela y lo que está en el ámbito de lo no formal, sobre todo el aspecto metodológico. Es decir, no se trata solo de enseñar música de cualquier manera, tampoco de que el niño sea un virtuoso en algún instrumento o que toque repertorios de muy buen nivel. Se trata de que los niños tengan procesos de aprendizaje significativos con la música. Es decir que con aquello que ellos hacen muy bien tengan una relación de disfrute, de libertad, de creación libre de tensiones.

Se trata de que los niños tengan procesos de aprendizaje significativos con la música. Es decir que con aquello que ellos hacen muy bien tengan una relación de disfrute, de libertad, de creación libre de tensiones. 

A veces cometemos el error de estandarizar los procesos. Eso hace es que el producto se vuelva el centro de la experiencia, y en ese camino olvidamos el proceso, que es más importante que el producto. Hemos conocido casos de estudiantes que se ganan concursos con sus grupos, pero que le tienen mucho miedo a la música o al director porque ha habido maltrato, tendinitis y otras cosas debido a que se le ha prestado más la atención al producto que al proceso.

VdP: ¿Cómo sería entonces atender al proceso de formación musical?

AS: Atender al proceso significaría atender a cómo se enseña la música, a cómo está el tema de la creación, de la interpretación, de la expresión. Es más, a cómo está el cuerpo de los niños al aprender música. Y respecto a los maestros, a cómo tratar a los niños, todo el tema aptitudinal. La clave es darle a los profesores herramientas para que puedan trabajar de una forma más orgánica e integral.

En ese proceso se le han dado cabida a ciertas corrientes educativas europeas, norteamericanas y otras que hemos desarrollado aquí para trabajar con los profesores y ese, siento yo, es el paso que nos falta dar. Ya tenemos ciertas instituciones y redes, ahora nos toca empezar a fortalecer más la pedagogía.

VdP: Hace un rato hablábamos de que por un lado, estaba lo institucional que abarcaba lo formal y lo no formal. ¿Cómo está el otro lado, lo empírico y las tradiciones?

AS: Ese es otro universo que a veces se nos sale del radar: las tradiciones musicales vivas. Es decir, aquí la música no solo sucede en la escuela o en la institución, el aprendizaje musical también puede ocurrir en una banda de rock, en un colectivo de hip hop, en un grupo de música llanera, o de música vallenata. Aunque allí no haya un profesor, hay una cantidad de aprendizajes colectivos que se están dando, muchas veces este aprendizaje se da de una manera situada culturalmente. Esa sería la diferencia: mientras algunos van a la escuela o a la institución musical, otros están aprendiendo música gracias a una práctica cultural.

Aquí la música no solo sucede en la escuela o en la institución, el aprendizaje musical también puede ocurrir en una banda de rock, en un colectivo de hip hop, en un grupo de música llanera, o de música vallenata. 

Desde mi punto de vista es muy interesante porque a veces se cae en el lugar común de que no hay suficiente educación musical en el país, pero se nos olvida que hay una cantidad de tradiciones y prácticas que están vivas, lo que pasa es que aún no las logramos reconocer del todo.

VdP: ¿Y qué pasa en el caso de las personas auto didactas? En Internet existen cientos de cursos que pueden ser descargados, y muchos de ellos son de acceso libre.

AS: Tocas un punto clave. Es un tema cada vez más fuerte, toda esta cuestión del aprendizaje auto dirigido. Con el tema de la redes esto ha crecido de una forma exponencial. Yo lo sumaría al segundo grupo que te acabo de exponer, allí también hay una cantidad de chicos aprendiendo música a través de YouTube, por ejemplo. Además es una facilidad, encuentras tutoriales que te facilitan la interpretación y te organizan el aprendizaje.

Lo interesante allí es que ese chico que usa YouTube para aprender es porque está buscando algo para resolver con su grupo o banda. Es decir, en la base del aprendizaje está el deseo, una ruta personal.

VdP: Si tuviéramos que hablar entonces de los desafíos de la educación musical en Colombia, ¿cuáles serían?

AS: Yo creo que son tres. El primer desafío está en lo institucional, lograr un mayor lugar de la educación artística en el currículo escolar. El segundo, cualificar desde lo pedagógico en el ámbito no formal. Y, finalmente, el desafío para todo ese sistema es permitir que se integren al mundo formal todas estas prácticas y tradiciones de las que hablábamos hace un momento. A donde vamos a llegar es a un momento en el que el currículo, no solo de los colegios sino de las universidades, incorpore lo que los estudiantes viven por fuera de la academia como parte de su aprendizaje.

VdP: A propósito de la instituciones. Hace un tiempo estuvimos indagando sobre la enseñanza de la música para personas con discapacidad visual, ese ejercicio nos permitió acceder a estudios y experiencias de investigadores que aseguraban que en la academia eso no se ha tenido en cuenta pues no existe el material pedagógico para ello. ¿Ese no sería un desafío para la educación musical?

AS: Totalmente. De hecho, en el ámbito educativo actual la pregunta sobre la educación inclusiva es una necesidad. Ahí nos falta mucho camino por recorrer, pues no es solo hablar de la inclusión para personas con discapacidades físicas o cognitivas, también debemos hablar de una inclusión cultural. Incluso, también es hablar de un tema de género. Desde la institución nos falta mucho por construir.

VdP: Con el panorama general de la educación musical en Colombia, ¿cómo estamos en comparación con América Latina?

AS: Yo creo que igual, muy parecidos. A nivel de educación superior en Colombia hoy contamos con más de 30 programas en música, que son muchísimos, hace 25 años solo habían tal vez 4. Yo creo que se debe a una legitimidad mayor en términos sociales a la idea de estudiar música, entonces, hay cada vez menos temor a que esa sea una opción. Por otra parte, también han sido de gran apoyo las políticas públicas que permiten el apoyo a la cultura. Esos circuitos permiten que haya más demanda para músicos profesionales.

El pertenecer al Foro Latinoamericano de Educación Musical me ha permitido conocer las políticas públicas de otros países y creo que es sistemática la petición de las artes en los currículos escolares, por ejemplo. Sumado a eso, está la efervescencia de estos proyectos no formales y la diversidad de las prácticas musicales tradicionales que tenemos en América Latina.

Sobre FLADEM

El Foro Latinoamericano de Educación Musical es una red internacional de educadores musicales que le apuestan a nuevos modelos pedagógicos y su implementación. En el caso colombiano, el objetivo de FLADEM Colombia es el intercambio de saberes y prácticas entre los educadores musicales a propósito de la música como parte fundamental de la formación integral de los seres humanos.

¡No te vayas, Viajero!

En la próxima entrega Andrés nos cuenta lo significativo que puede ser el aprendizaje musical para todos, y cómo podemos iniciar ese camino con los niños. Léela aquí