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La orquesta que llevamos dentro

Desde hace varios años, el científico colombiano Rodolfo Llinás estudia la relación del cerebro humano y la música. En Viajeros del Pentagrama nos preguntamos ¿por qué el cerebro es musical?

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Tomado de: www.funcionde.com

A partir del año 2000 la Neurociencia ha permitido determinar que la música es un proceso interno del cerebro humano. “El ritmo de la vida está en el cerebro, razón por la cual el sistema nervioso y el cuerpo mismo funcionan como una orquesta”, así lo explica Édgar Leonardo Puentes, Director de Conciertos Didácticos de la Orquesta Filarmónica de Bogotá.

 

El proceso orquestal

Para Llinás, la toma de conciencia o el proceso de concretar decisiones está directamente relacionado con el proceso musical del cerebro. En términos musicales, Puentes explica que “cuando nos despertamos estamos en la etapa de afinación y asimilación consciente, que es la primera acción de una orquesta antes de empezar”.

Seguido a la afinación, el cerebelo -el coordinador muscular del cuerpo- prepara la base para la percusión. Según Michael Gazzaniga, sicólogo y científico estadounidense, la conciencia no es una acción por sí misma, sino que hace parte del funcionamiento del sistema nervioso. Si hiciéramos una analogía musical, la conciencia es el resultado de un concierto de varias redes neuronales reflejadas en la actividad neuronal. Esto al final permite la acción del cuerpo.

 

El director de la orquesta

Como toda agrupación debe tener un líder y esta no es la excepción, el tálamo, una estructura neuronal ubicada en el centro del cerebro, es el encargado de coordinar esta orquesta. Tan importante es su función que está ubicado en la mitad de los dos hemisferios. Es el encargado de analizar, aprobar y dirigir las funciones motoras y sensitivas del cuerpo.

Cuando las alrededor de cien mil millones de neuronas que habitan en el cerebro humano se activan gracias a su frecuencia eléctrica a determinados intervalos de tiempo, ocurre la expresión rítmica del cerebro. Ese ritmo que proviene de la corteza cerebral es secuenciado y fragmentado temporalmente para darle forma a la realidad exterior, de la misma manera en que los sonidos aislados que produce un instrumento musical se transforman en una melodía. Es así como la metáfora de Llinás cobra sentido, el funcionamiento del cerebro es como una melodía compuesta de tiempos, tonos y frecuencias ordenadas en la mente del intérprete, que con las señales del director hacen una pieza musical.

De esta manera, y como lo describe Llinás, hay un diálogo entre el tálamo (director) y la corteza cerebral (músicos), que permite que el cerebro haga uso de la gramática musical: un todo a partir de tiempos, ritmos y frecuencias en función del pensamiento y las emociones de los seres humanos.

Además de Llinás, Oliver Sacks, un neurólogo y científico británico, dedicó su vida al estudio del cerebro y su funcionamiento, como resultado escribió ‘Despertares’ (1973), un libro que habla sobre cómo las neuronas que posee el ser humano le dan equilibrio a la vida. Años más tarde, el texto se convirtió en película. A través de su biografía y un encuentro cercano con un paciente catatónico, Sacks descubre que el ritmo y la coordinación del cuerpo se encuentran en el Sistema Tálamo Cordical.

Gracias a esta investigación, encontró que, efectivamente y como lo sustenta Rodolfo Llinás, lo más parecido al funcionamiento del cerebro es la música. Como resultado del estudio, hoy en día es posible diagnosticar pacientes con problemas de coordinación o, como escribiría Sacks, pacientes con disritmia tálamo cordical.

Para más información sobre el estudio de Sacks, haz clic aquí.

 

El repertorio cerebral

En conclusión, la orquesta humana funciona gracias al proceso musical de nuestras neuronas pero, ¿cómo funciona en la vida diaria? Según Puentes, todo el trabajo orquestal del cerebro permite que la música no solo esté presente en las áreas de placer cerebrales, también que haga parte del proceso social del ser humano. “La música conecta a las personas, hay dos pruebas de ello: algunos casos para el tratamiento del autismo y los lazos necesarios para la supervivencia entre las mamás y sus hijos”, afirma el músico.

Casos como el de Derek Paravicini, un músico inglés internacionalmente conocido por ser el ‘genio del piano’, han sido tema de estudio para la Neurociencia. Nació cuatro meses antes de lo esperado, como resultado, le diagnosticaron ceguera y años más tarde autismo. En sus primeros años de vida descubrió que la música podría ayudarle para relacionarse con los demás, de hecho, es su mejor lenguaje. Además de ser conocido por la habilidad de tocar cualquier pieza musical tras escucharla solo una vez, Derek es una de las 30 personas en el mundo, hasta el momento reconocidas, con el Síndrome de Savant, o Síndrome del Sabio.